lunes, 28 de febrero de 2011

Me pones

Te necesito esta noche, no como dicen en las pelis proclamando un amor eterno o ansiado, sino como una llamada emergente de mi entrepierna ardiente. Necesito sexo desinteresado; arrancarnos la ropa a tiras y que me empujes violento contra la pared.
Quiero que nos miremos mutuamente a los ojos durante el acto y contemplar el deseo al límite de nuestro instinto reflejado en nuestros corazones (que no en nuestros sentimientos) que piden más y más sin descanso.
Es una medida desesperada, sí, pero sólo contigo. Porque posees el Punto del que carece la G de mis hormonas. Un aura perfecta para satisfacer mis peculiares fantasias. No importa la persona en sí, sino que te entre por los ojos a la perfección, como a mí.
Eres un niñato, un insensible manipulador, un cerdo... Pero quién me puede asegurar que seas igual enrtre mis sábanas... No importa, aunque no te lo merezcas, insolente, me pones a mil por hora.



La música insinuante fundida en la penumbra te excita, y lo sabes. El ansia contenida por largo tiempo se desata con la violencia de una explosión nuclear. Hoy, tu cuerpo es mío.

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