domingo, 31 de enero de 2010

Postmorten

Rememora los últimos latidos que oíste de un corazón moribundo y desesperado. Álzate por las llanuras de la poca lucidez que te queda. Respira hondo e intenta que ese oxigeno no escape demasiado pronto. Agarrate a lo poco que te queda, pues lo mucho que antes tenías ya no lo posees. Nunca más.

Y eso poco que te queda es, por supuesto, la vida y, posiblemente, la reflexión y la añoranza. Pero sobre todo la vida. Simple y llanamente. El peor castigo que se le puede dar a un alma rota.

Y es que, cariño, ¿que quieres que te diga? Vivir despues de ver morir lo único que te da fuerzas para ello es bastante contradictorio, ¿no?

Pretty World/Mind

Huye, pequeña artista. Escapa del horror. Aléjate de la cruda realidad y resguárdate en la fantasía. Pide socorro al olvido y haz amistad con la ilusión. Evita lo impuro, no dejes que nada perturbe tu inocente y joven corazón.
Escóndete en ti misma y cierra tu mente.

Ahora sí, es el momento.

Abre tu ventana y vuela. Vuela por el canal de los sueños y admira lo abstracto de la magia. Siéntete libre de pensar lo que quieras y cómo quieras. Nadie va a juzgarte.Que las palabras que quisieron salir y no pudieron ahora tienen el permiso.

Pero no te acerques al mundo real, soñadora, pues lo único que sentirás serán escalofríos.
Porque ahora no perteneces a ese mundo. Ya no. Tú, que intentaste hacerlo más bello y cogerle más aprecio, sólo conseguiste lo contrario.

A tus ojos y a los míos, todo se volvió gris. Y lo peor de todo es que ya no podemos hacer nada. Tan sólo podemos ignorarlo y dibujar el universo que siempre quisimos tener en nuestra cabeza. Un universo sólo para ti. Sólo para mí.

Así que sigue adelante, poeta incomprendida, sigue volando. Que la poca humanidad que nos queda la sepamos llevar con el espíritu de quién se siente diferente.

Demencial imaginación

En la penumbra laten los corazones solitarios pertenecientes a un mundo de inconsciente histeria. ¿Es eso lo que realmente ven tus ojos al imaginar? El caos, lo absurdo, lo demencial. Lo inexplicable de un sentimiento puro. La inercia del deseo. El espanto provocado por la maldita realidad y el resguardo en la fantasía. El horror de ésta vida.

Clavo mi vista en la divina figura de la muerte y le pregunto:

-¿Tú lo entiendes?

Ella sólo me devuelve la mirada y se encoje ligeramente de hombros. Siento que el llanto vuelve a llamar a mi alma y aparto la vista de ella.

Entonces veo que un feo gusano avanza hacia mi pie izquierdo. Conforme lo voy observando su deforme cuerpo adopta la forma de una gran mariposa de vivos colores.
Me quedo mirándola, maravillada. Pensaba que no iba a volver a ver nada verdaderamente bello en este mundo. Siento deseos de tocar ese diminuto pero perfecto ser. Aproximo una de mis manos. Pero incluso antes de que mi piel haga contacto con su cuerpo la mariposa se deshace en mil partículas de cenizas, que seguidamente las roba el viento.

Mis vanas esperanzas se han disipado completamente. Ya, decididamente no creo que la vida tenga color. Todo lo realmente hermoso es producto de mi desordenada imaginación. Miro de un lado a otro buscando a la ya mencionada parca, pero ella también se ha ido. Junto con todo lo demás.

Cierro los ojos y vuelvo a sumirme en mi propia y odiada búsqueda del sentido de mi existencia.

sábado, 30 de enero de 2010

Tierra de amantes

Mi sangre se unió a la suya. El Big Bang.
Las lágrimas corrieron hacia el suelo. El Apocalipsis.

Los dientes rechinan furiosos y las heridas de mi rostro me escuecen como si me estuvieran marcando con clavos al rojo vivo.
Duele. Duele mucho. No es un dolor sano pero, al menos, es pura naturaleza.
Se me enreda el cabello, los músculos de las articulaciones se contraen y se tensan hasta el límite. Mis ojos llamean contrastando con mi mirada felina.

Está sobre mí, hundiéndome en el barro. Lucho contra él, con ansia. Clavo mis garras en su piel que la perforan fácilmente, dibujando largas líneas rojas en su espalda y pecho. Rodamos por el suelo. La excitación y el dolor son tales que no puedo mantener los ojos abiertos y, sin poder aguantar más, me abandono. Todo se detiene de golpe.

Él queda de nuevo encima de mí. Levanta la cabeza y me mira. Enseña los colmillos y emerge de sus entrañas un estremecedor rugido animal. El sonido que simboliza que el acto sexual ha terminado.

Permanece un momento inmóvil, respirando fuertemente. Finalmente se levanta y, sin ni siquiera mirarme, se marcha.
Quedo tendida en el suelo, agotada. Cierro las piernas con dificultad y trago saliva.

Esta claro.-pienso para mí.

El cielo y la delicadeza corresponden a los ángeles.
Esto es la selva. Cruda y salvaje tierra de amantes.

Preludio de tormenta

Deslicé mis dedos por su espalda dibujando la estrella de David. Sonreí. Dormía placidamente y se oía su respiración subir y bajar.

El viento golpeaba furiosamente las ventanas y observé que ese detalle hacía que la pequeña habitación apenas iluminada por una tenue lámpara adoptara un aire mucho más íntimo a mis ojos.

Me abracé a él con un largo suspiro. La paz me envolvía por dentro y se expandía hacia fuera a través de los poros de mi piel.

¿Nunca has sentido por un instante que te encuentras en el mejor lugar del mundo?
¿En el lugar al que perteneces?
Por fin lo había encontrado. Ahora lo entendía.

La pasión arrebatadora que sólo un amante puede sentir.
La seguridad de tenerlo a tu lado y saber que en ese momento es completamente tuyo.
La euforia al ver que esa persona te corresponde y responde a ello con total entrega.
Y la satisfacción del hecho de que nada va a perturbar ese instante tan deseado.

Sí, ahora lo tenía. Lo estaba viviendo: Me aferré a su espalda con más fuerza. Sentí cómo se despertaba. Le soplé suavemente en la nuca y jugué con su pelo.

Eso le provocó un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. Se rió silenciosamente.

-Cuéntame un cuento-Le susurro al oído.

-¿Cómo lo quieres?-Pregunta mientras se vuelve hacia a mí.

-Cuéntame un cuento que no le hayas contado a nadie.

Mientras tanto, afuera ha comenzado a llover. A lo lejos resuena un trueno. Hermoso preludio de tormenta para mis tiernos sentidos.

Verbo+me

Háblame, como si el hecho de que lo hagas provoque que mi sangre corra. Susúrrame, como si tus palabras fueran alimento para mis oídos. Tócame, acaríciame, como si fuera la última vez que lo hicieras.

Hazme vibrar, sentir, vivir. Como sólo tú sabes hacerlo. Mírame, con esos ojos que me hacen temblar de delirio. Abrázame, apasióname con sólo estar tu presente.

Hazme todo lo que quieras. No voy a rechazarlo. Si es de ti no.
Intrígame, enloquéceme. Ámame u ódiame con todo tu ser. Hazme lo que quieras.

Pero hazlo.

Abismo de abismos

Tengo tanto guardado en mi interior. Tantas cosas que me gustaría plasmar en un papel y que no me es posible por el simple hecho de que no sabría como expresarlo con palabras.
Reflexionar sobre la vida, sobre la muerte...Sobre lo que opino de ellas por separado y en conjunto. Sobre mi vida.

Algunos dirán que soy una simple filosofa. Yo realmente no me considero así. Soy como una buscadora. No. Una cazadora. Una cazadora de pensamientos. Pensamientos que sabes que están ahí, en tu cabeza, que quieres que salgan. Pero están escondidos y la misión es "cazarlos" al vuelo.

Y para mi, eso a veces es algo bastante duro y entretenido a la vez. Porque mi mente es un abismo de abismos, un universo apenas explorado, misterioso, puede que incluso inquietante.
Querría averiguar algún día, mientras "exploro" si seria capaz de, por ejemplo, odiar tanto a alguien como para querer matarlo. Creo que al decir esto ya me tomareis por una psicópata. Podéis pensar lo que queráis pero lo que digo puede ser muy posible. Todo el mundo, sin ninguna excepción puede ser capaz de matar, si estas mentalizado. Pero no quiero hablar de eso ahora. No quiero hablar de muerte, me aburre.

Volviendo a lo del principio, a veces no esta mal pensar. Pero no me refiero a pensar en "algo concreto". Sino a pensar en pensar en ti. Es complicado de entender, lo se. Por eso mucha gente no lo hace. Será mas conocido el termino "conocerte interiormente", poner las cartas sobre la mesa. Seguramente, conociéndonos así lograríamos ser mas felices, pues tendríamos las ideas mas claras y sabríamos como llevarlas a cabo para que se cumplieran. Pero es tan complicado pararte un momento a hacerlo. A mi me pasa. No tengo tiempo, y pensar lo requiere. Por eso, ansío que llegue el día en el que lo haga "en serio" y así conseguir expresarlo con palabras y poder escribirlo para que otras personas lo entiendan mejor y sigan mis pasos.

Seria la más feliz del mundo. Cazaría muchos pensamientos en un solo ataque.

Puro extasis

Las sombras en el monte comienzan a caer a mi alrededor como lagrimas espesas de alquitrán. El frío me abraza con su aliento gélido y el cielo oscurecido comienza a llorar. Mi ropa empapada se adhiere a mi piel y mi maquillaje oscuro resbala por mi cara en la misma dirección que las gotas. Me suelto el recogido de mi pelo, ya casi deshecho, me descalzo y comienzo a correr.

Corro lo mas rápido que puedo, sintiéndome como si nada me retuviera y por fin fuera la propia dueña de mis pies. Los truenos resuenan muy cerca mía como si fuera a mi a quien gritaran. Llego hasta lo más alto de la montaña.

Me detengo ante el precipicio, desafiante. Abro mis brazos de par en par, cierro los ojos, elevo mi cabeza en dirección al cielo furioso y lastimado y grito. Grito con todas mis fuerzas, hasta desgarrarme la garganta, hasta quedarme sorda por mi propio sonido, hasta que me oiga el último ser viviente del planeta.

Ahora no hay nada ni nadie mas poderoso que yo en este momento, todo me pertenece, la única que marca las normas, sin leyes que me aten a nada. Ya no soy materia, me siento semejante a los propios truenos de la lluvia que iluminan mi rostro. Siento que formo parte del propio fenómeno de la naturaleza.

Soy energía. Soy vida. Puro éxtasis de la existencia. Soy libre. Estoy viva.

¿Amigos?

Dejarme que os haga una pregunta:

¿Por qué la forma de actuar de la gente hoy en día me resulta tan repulsiva?

Sinceramente, si alguien dice que es tu amigo, es tu amigo ¿no? y se supone que va a estar ahí pase lo que pase, aunque os peleéis de vez en cuando, por que no quiere perder tu amistad.
Pero esto no es lo que yo veo. Más bien lo que aprecio en no pocas personas es la palabra FALSEDAD.

Aquí el llamarse amigo/a esta muy poco valorado. Conoces a una persona, en principio te cae bien, os lleváis muy bien los dos y al poco tiempo os estáis llamando con apodos similares a "ermaaniitaa" "pekee" "esposaa" y no paráis de deciros cuanto os queréis, que será para siempre, etc, pero cuando surge cualquier tontería ( normalmente provocado por terceras personas) ya eso es cosa del pasado. La persona que se supone que tanto te quería habla de ti con otra gente a tus espaldas y no te califica precisamente muy bien, cuenta cosas que se supone que era un secreto de vosotros dos, etc.

Personalmente eso no me a llegado a pasar directamente a mi, pero si a otros amigos míos y, la verdad, todo esto vale la pena? En mi opinión creo que lo primero que hay que hacer, antes de hacerse "amigo" de alguien, es mirar su forma de ser, preparar el terreno o como se llame, y luego cuando creas que estas totalmente seguro pues ya te lanzas a conocerlo a fondo.La verdad, creo que la gente es muy ingenua confiando tan ciegamente en otro que apenas conoces de nada y que posiblemente este contigo para pasar el rato y luego dejarte de lado, pero en fin…

Y lo más importante de todo seria que si ese "amigo" te hace una putada así, no le des una segunda oportunidad, porque si es capaz de hacerte eso con toda esa sangre fría, es que puede volver a hacerte lo mismo.

Esto va dirigido a aquellas personas que han pasado por esto. Es un poco tontería decirlo aquí, pero sentía que tenía que decirlo. Yo, por mi parte, no me arrepiento de los amigos que tengo.

viernes, 29 de enero de 2010

Ojos verdes

Doy vueltas en mi cama, en una habitación oscura sin lograr conciliar el sueño por un tema que me atormenta:

-¿Dónde están los ojos verdes? ¿Adonde se fueron?

Unos ojos infinitamente profundos que me atraparon sin remedio y que desde entonces no he podido (ni he querido) liberarme de ellos.

La última vez que los pude contemplar me miraban fija e intensamente acompañados de una sonrisa pícara y a la vez dulce…
Nunca olvidare esa última, cuando me volví y aparté la mirada de esos ojos, camino del tren…

Me tortura hasta límites insospechados la idea de no volver a
verlos, de no poder volver a sentirme levitar del suelo, que los latidos de mi corazón se desboquen y perderme en el abismo de sus destellos dorados y de su iris esmeralda...

No puedo vivir con su ausencia, pues son la más letal y adictiva droga que he probado y a la cual me he sometido.

-¿Pero dónde están?

Mi cabeza estalla por dentro y continúo preguntándome con un tono cada vez más peligrosamente similar a la sicosis:

-¿Dónde están? ¿Dónde están?

Creo que me estoy volviendo loca.
No. Loca no. ¡Obsesionada! ¡Contagiada! ¡¡Enamorada!!

Porque lo único que necesito es verlos a ellos y a la persona que los acompaña...y sentir que mi universo se detiene...y que todo lo que deseo es posible que se cumpla.
Porque una mirada vale más que mil palabras...
Porque la suya es la única que me hace sentir realmente que estoy viva...
Porque mataría por esos ojos...por él...

...

Me quedo un instante en silencio mirando sin mirar a la oscuridad de la habitación y a continuación vuelvo a mi estado de inquietud pero con un pequeño cambio de registro en la pregunta sin respuesta:

¿Por qué, sencillamente, eres tan bello e irresistible?