viernes, 29 de enero de 2010

Ojos verdes

Doy vueltas en mi cama, en una habitación oscura sin lograr conciliar el sueño por un tema que me atormenta:

-¿Dónde están los ojos verdes? ¿Adonde se fueron?

Unos ojos infinitamente profundos que me atraparon sin remedio y que desde entonces no he podido (ni he querido) liberarme de ellos.

La última vez que los pude contemplar me miraban fija e intensamente acompañados de una sonrisa pícara y a la vez dulce…
Nunca olvidare esa última, cuando me volví y aparté la mirada de esos ojos, camino del tren…

Me tortura hasta límites insospechados la idea de no volver a
verlos, de no poder volver a sentirme levitar del suelo, que los latidos de mi corazón se desboquen y perderme en el abismo de sus destellos dorados y de su iris esmeralda...

No puedo vivir con su ausencia, pues son la más letal y adictiva droga que he probado y a la cual me he sometido.

-¿Pero dónde están?

Mi cabeza estalla por dentro y continúo preguntándome con un tono cada vez más peligrosamente similar a la sicosis:

-¿Dónde están? ¿Dónde están?

Creo que me estoy volviendo loca.
No. Loca no. ¡Obsesionada! ¡Contagiada! ¡¡Enamorada!!

Porque lo único que necesito es verlos a ellos y a la persona que los acompaña...y sentir que mi universo se detiene...y que todo lo que deseo es posible que se cumpla.
Porque una mirada vale más que mil palabras...
Porque la suya es la única que me hace sentir realmente que estoy viva...
Porque mataría por esos ojos...por él...

...

Me quedo un instante en silencio mirando sin mirar a la oscuridad de la habitación y a continuación vuelvo a mi estado de inquietud pero con un pequeño cambio de registro en la pregunta sin respuesta:

¿Por qué, sencillamente, eres tan bello e irresistible?

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