domingo, 29 de agosto de 2010

Palabrería

Dirá y dirá tu saliva descarriada todo lo que su fuerza le dé. Yo me quedo con la mía en coma. Tus opiniones se asemejan a material reciclado, por mucho que se repita no se tiene el mismo efecto.

Me molesta el baile de tus labios sin desenfreno y me repugna la hipocresía ausente en tu mirada de agua estancada. Cojo aguja e hilo y te cierro la boca con tres largas puntadas. Pero no sirve de mucho ya que como autómata continúas sin respirar con tu monólogo.

Mis tímpanos se irritan al igual que mi humor. Te arranco de un tirón el hilo, abro tu apertura facial y tiro de tu músculo parlante hasta separarlo. Este bombea incluso muerto y la sangre te decora junto con tu silencio. Lo coloco en tu mano pálida y temblorosa. Tu mirada ahora mira negra sin pupila. La lengua descansa inmóvil para siempre.
Nunca he visto una lengua más atractiva.




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